Alguien dijo que el hombre es una ´pasión inútil´, porque la vida para él no debía tener mucho sentido. Pero la vida sí que tiene mucho sentido, y la pasión que nos brota desde dentro, esa ansia de vivir y de hacer algo que merezca la pena hay que intentar realizarlo. Porque realmente podemos realizar nuestro fin. Pero no basta vivir la vida apasionadamente, es preciso conocer la meta, la razón de todo nuestro esfuerzo: Dios. Si no alcanzamos, ya en esta vida, será porque no lo hemos descubierto o porque no sabemos vivir la vida. Muchos jóvenes llevan camino de no encontrar su meta, pero para que su pasión sea fecunda, es necesario mirar a la Pasión del Señor, donde apasionadamente amó a los hombres y mostró cómo hay que amar a Dios. Sobre las claves de ese Amor y sobre nuestra propia vida es de lo que trata este libro.