La tarea del Espíritu Santo (enseñar y recordar)
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Enseñar y recordar: esta es la tarea del Espíritu Santo. Nos enseña a entrar en el misterio, a entenderlo un poco más. Nos enseña la doctrina de Jesús y nos enseña cómo desarrollar nuestra fe (…). La fe no es estática; la doctrina no es estática: crece. Crece como crecen los árboles, siempre los mismos, pero más grandes, con fruta, pero siempre igual, en la misma dirección (…). Y otra cosa que dice Jesús que hace el Espíritu Santo es recordar: “Os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 15,26). El Espíritu Santo es como la memoria, nos despierta: “Acuérdate de eso, acuérdate de lo otro”. Nos mantiene despiertos en las cosas del Señor y también nos hace recordar nuestra vida: “Piensa en aquel momento, piensa en cuándo encontraste al Señor, piensa en cuándo lo dejaste”.
(…). El Espíritu Santo nos guía en esta memoria; nos guía para discernir lo que tengo que hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál es el equivocado, también en las pequeñas decisiones. Si le pedimos luz al Espíritu Santo, él nos ayudará a tomar las decisiones correctas, las pequeñas de cada día y las más grandes. Es quien nos acompaña, nos apoya